¿COMO LLEVO A MI GATO AL VETERINARIO? EL TRASPORTÍN
Para muchos propietarios la sola idea de tener que llevar a su gato al veterinario es causa de estrés. No sólo para ellos, sino también para el gatito la experiencia se transforma en un verdadero trauma. El resultado es que muchos gatos no son llevados al veterinario para los controles rutinarios, este hecho hace que algunas enfermedades puedan pasar desapercibidas y los gatos llegan a consulta cuando la enfermedad ha avanzado.
Esta situación se puede cambiar y hacer que nuestros gatos puedan disfrutar de una medicina preventiva sin estrés. Un buen manejo previo desde casa y unos consejos sobre el trasportín, harán que la visita al veterinario sea un paseo más agradable.
TRASPORTINES PARA GATOS
Los trasportines proporcionan seguridad tanto al cliente como al gato durante el trasporte y sensación de seguridad en la clínica, encontrándose escondido el gato en un espacio cerrado y seguro.
Tipos de trasportines
- Deben ser sólidos, seguros y estables para el gato.
- Fáciles de transportar para el propietario y silenciosos para no sobresaltarlo cuando se abra.
- El ideal es de material plástico rígido con puerta de rejilla, fácilmente lavable y con la parte superior desmontable. Nos permite explorarle tranquilamente, sin forzarle a salir.
El trasportín como algo familiar
- Debemos acostumbrar a nuestro amigo al trasportín, debe estar en casa bien visible con antelación suficiente (dos o tres días) a la salida al veterinario.
- No hay que sacarlo en el último momento, meterlo dentro y marcharnos, eso constituye una situación altamente estresante.
- El objetivo es que el gato aprenda a asociarlo con experiencias positivas y rutinariamente entre en el trasportín de forma voluntaria en casa, convirtiéndolo en un elemento más del mobiliario.
- Si el gato responde de forma favorable a los premios o juguetes, colocarlos dentro como refuerzo positivo y mantener el trasportín abierto para que entre y salga cuando le apetezca.
Acondicionar el trasportín
- Debe oler agradable y familiar, para ello podemos meter una mantita, su premio favorito o algunos de sus juguetes dentro para que tenga estímulos positivos.
- Una buena idea es premiarle con alguna golosina cuando entre voluntariamente.
- Cuando ya entre y salga con tranquilidad, entonces empezaremos a cerrar la puerta y le premiaremos con su golosina cuando se quede tranquilo dentro.
- Algo muy útil es rociar el trasportín con el análogo de feromona facial felina (Feliway spray) al menos 30 minutos antes del viaje, ayuda a tranquilizar a nuestro amigo.
¿No entra voluntariamente?:
- Si el gato no se ha acostumbrado al trasportín, poco antes de la visita al veterinario, es necesario preparar una estrategia que funcione con el tipo de trasportín y el entorno doméstico.
- Colocar el trasportín en una habitación pequeña con pocos rincones para esconderse, puede facilitar que el gato elija el trasportín.
- Animarlo para que entre en el trasportín de forma voluntaria (premios, juguetes, golosinas…).
- No perseguir al gato para hacerle entrar.
- Si fuera necesario, sacar la parte superior del trasportín mientras se está animando al gato a entrar en la bandeja inferior y poner la parte superior después tranquilamente.
- Otro truco es introducir al gato en el trasportín de espaldas.
Durante el viaje
- Evitar principalmente la excitación visual, evitar hablar en tonos de voz alto o ruidos excesivos.
- Cubrir el trasportín con una toalla o sábana que huela a casa, será su refugio, a salvo de ruidos, voces y cosas desagradables para él.
En el coche
- Antes de cualquier visita programada con el veterinario debe practicarse la colocación del trasportín en el coche. Intentar primero sin el gato para asegurarnos de que no se dan demasiados empujones ni golpeteos al trasportín, y luego con el gato dentro.
- Debe sujetarse el trasportín durante el viaje colocándolo en el suelo o utilizando un cinturón de seguridad porque el movimiento del trasportín puede asustar al gato.
A llegar al veterinario
- Abrir la puerta del trasportín.
- Esperar a ver si el gato sale por sí sólo.
- Sacar con suavidad el trasportín de la mesa de consulta y dejarlo en el suelo.
- Mantener un tono de voz bajo y calmado durante toda la consulta.
- Si el gato no sale del trasportín abriremos la parte superior y se realizará la exploración clínica manteniendo el gato en su interior.
- En algunas ocasiones, a pesar de todo este manejo, el gato puede estar igualmente estresado y será necesario realizar las pruebas diagnósticas bajo sedación, siempre que la patología que presenta lo permita.
Lavar el trasportín a la vuelta a casa:
Los gatitos dejan unas feromonas de alarma y estrés cuando han tenido una mala experiencia, no son apreciables para nosotros, pero le indican que ahí no hay que volver a entrar. Si la experiencia anterior en el trasportín fue desagradable, debe ser lavado con agua y jabón previamente al nuevo paseo, se recomienda detergentes enzimáticos.
A continuación os dejamos un enlace, guías y un vídeo ilustrativo
1 comentario.
Un artículo muy interesante y educativo. Gracias por recomendarnos. 😀