Es un problema de conducta muy frecuente en los perros, sobre todo en los cachorros, desencadenado por un estado desmedido de ansiedad y estrés.
Los síntomas pueden aparecer cuando se deja sólo al perro, cuando se marcha una persona determinada con la que tiene mayor apego o cuando lo ponemos en otra habitación, separándolo físicamente del dueño.
Los cambios en su comportamiento, provocados por la ansiedad, pueden responder al siguiente patrón de conductas:
- Aumento de la actividad, generalmente con conductas destructivas contra el mobiliario.
- Pérdida del control voluntario de la defecación o micción.
- Ladridos, gemidos y aullidos.
- Muchos perros también adoptan signos de ansiedad antes de la partida de los dueños, como posturas corporales deprimidas, persecución del dueño, paseos, jadeos, salivación, etc.
Debemos de ser conscientes que es una patología desarrollada por el estrés, que nuestra mascota no se está vengando por quedarse solita y que realmente ella lo está pasando peor que nosotros. Es su manera de exteriorizar una situación que le supera.
Te podemos ayudar a solucionar este problema. Los problemas etológicos y de conducta son más fáciles de erradicar si se cogen a tiempo. No le riñas y ¡consúltanos! Afortunadamente es un trastorno que con el tratamiento adecuado tiene muy buenos resultados.